Choco es un precioso mestizo, que nos llegó con algunos problemas de conducta, algunos de ellos desencadenaban agresividad en ciertas situaciones hacia perros o personas. Un candidato para la modificación de conductas.
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Leya es una Doberman de 8 meses, que lleva con nosotros poco más de un mes. Es una hembra de mucho carácter, muy desconfiada, muy guardiana y de activación muy rápida. Por ello nos esforzamos por socializarla (no se socializó en su día y ahora el proceso es más lento). La mejora en este tiempo ya es llamativa pero aun tiene que mejorar.
Cuando se juega, hay que saber con que se juega.
Muy apañado, como recoge los frisbees de 2 en 2.
Aquí tenemos una mala exhibición policial, donde algún perro no está correctamente controlado, atento ni concentrado. No obedece órdenes básicas y tampoco las importantes como el suelta a la orden (esto último no lo hace ninguno de los perros).
Fijémonos en que van guiados con correa y en algún caso sujetos por esta y sometidos a muchísimas correcciones con la correa durante la exhibición policial, lo que indica el poco control del guía sobre el perro y la falta de entrenamiento.
Otro dato importante es que en la exhibición policial de defensa todos los perros se aferran a la manga como objetivo o juguete, se ve que intentan arrancar la manga del brazo. Es decir, si el figurante se hubiese quitado la chaqueta, se habría desprendido de la presión de los perros. En perros de exhibición, esto no sería raro, pero en una exhibición policial, se entiende que son perros que trabajan en casos reales, donde desprender o arrancar un jersey o chaqueta es muy sencillo, con lo que «el malo» podría huir. Esto se da obviamente por un entrenamiento insuficiente, en el que solo se ha perseguido que los perros muerdan manga, no se les ha entrenado con figurante sin protección y el perro con bozal de impacto, o no se han entrenado con protección oculta, simulando vestimenta normal, donde el perro pueda hacer presa en el brazo y tenga que sujetarlo, que no pretenda como estos arrancar el objeto.
En definitiva una mala exhibición policial.
Puede parecer raro, pero muchos clientes nos llaman diciendo: «Tengo miedo a mi perro» y es más frecuente de lo que la lógica puede mandar. Ocurre con todo tipo de razas, desde las más pequeñas a las más grandes, aunque es más común que suceda con las pequeñas, ya que por su pequeño tamaño es más frecuente permitirles ciertos desaires o berrinches, sin embargo a un cachorro de Rottweiler, la mayoría de los dueños no le consentirán esas conductas de mal genio, por miedo a que en el futuro su perro de más de 45 Kg les haga decir tengo miedo a mi perro e incluso lo corregirán excesivamente, lo cual no es nada bueno tampoco. Sigue leyendo
Científicos de la Facultad de Veterinaria de Universidad de Cambridge y del MRC’s Regenerative Medicine Centre (Reino Unido) han logrado que perros afectados por parálisis vuelvan a caminar tras inyectarles en la médula espinal un cultivo de células procedente de las membranas mucosas de su hocico. Sigue leyendo
