Border Collie agresivo, el caso de Tom, un clásico dentro de la raza.
Los Border Collie, están identificados como unos de los perros más inteligentes, lo que es cierto. Pero también se identifican como perros fáciles y sencillos, lo que no es tan cierto.
Por lo general el Border Collie medio, es un perro muy activo y con mucha necesidad de trabajo cognitivo. Esto que a priori puede parecer una ventaja no lo será tanto dependiendo del entorno en que el perro vaya a vivir.
Se debe tener en cuenta que en las últimas décadas esta raza se ha seleccionado para la ganadería principalmente. Por lo que como perro pastor tiene una tendencia alta a solucionar conflictos mordiendo. Si sumamos a esto su popularización en entornos urbanos, tenemos un coctel interesante.
Los Border Collie se suelen diferenciar mucho en comportamiento conforme al entorno donde vivan y su quehacer diario.
Por ejemplo, los perros que viven en granjas y diariamente ejercitan su pasión de reunir, controlar y dirigir grupos, rar vez muestran desconfianzas o agresividades.
En cambio, los que viven en entornos urbanos carentes de ejercicios mentales de forma habitual, suelen desarrollar desconfianzas y agresividades.
Es muy frecuente que se refugien debajo de mesas u otros muebles y agredan si se les intenta tocar en esa posición. También es habitual o frecuente que protejan sus posesiones con fiereza.
El Border Collie agresivo, suele ser temeroso, ya que la raza es propensa a desarrollar miedos si no se socializa adecuadamente. Es frecuente que no quieran salir a la calle y que huyan de cualquier persona que los quiera tocar o acariciar. Otros tienden a lanzarse a morder si interpretan que se invade su espacio.
En esta raza, como en todas, un determinante muy importante es la herencia genética.
Si todos sus familiares directos en las 3 generaciones anteriores no han sido problemáticos, nuestro perro probablemente tampoco lo sea. Pero que «todos ellos» hayan tenido conductas intachables, será casi imposible de encontrar en esta raza en particular.
El caso de Tom, es el de un Border Collie agresivo con una herencia genética mixta. Conocemos ejemplares de su familia muy buenos y estables, pero también lo contrario. Al menos 2 familiares directos eran muy desconfiados y agresivos al igual que Tom.
Tom vive en Madrid, en un entorno urbano típico de la capital de España. Su comportamiento antes de llegar así era más o menos así:
Cuando sus dueños lo bajaban a la calle, no podían encontrarse con ningún vecino del edificio sin el riesgo de que Tom les mordiese. Se mostraba dominante y muy agresivo dentro de eso que él consideraba sus dominios.
Al salir a la calle, en cambio, las tornas se invertían y se mostraba desconfiado y temeroso. Trataba por todos los medios de volver a casa lo antes posible.
Si durante el paseo alguien se le acercaba trataba de rehuir y si la persona insistía, se agazapaba y atacaba.
Dentro de casa los problemas no desaparecían. Si se metía debajo de la mesa de la cocina, por ejemplo y alguien lo tocaba sin querer con los pies, Tom mordía con fuerza.
También si robaba algo y se lo trataban de quitar también mordía. Si alguno de los integrantes de la familia quería tocarlo cuando estaba tumbado en su cama, ocurría lo mismo.
A grandes rasgos, Tom se comportaba en casa como un tirano y en la calle como un ejemplar miedoso, asustadizo y muy reactivo. Era un Border Collie agresivo muy típico.
Cuando llegó, nuestro trabajo se centró en trabajar la confianza, de modo que Tom pudiera confiar en las personas que vivían con él. Trabajamos la exposición progresiva a los estímulos urbanos y los positivizamos. Esto funcionó mucho más rápido de lo habitual con este tipo de ejemplares.
Con esa parte conseguida, nos aprovechamos de la confianza adquirida, para trabajar la interacción con desconocidos. Tom, enseguida comenzó a bajar las escaleras de su edificio sin importarle que se cruzasen personas en su camino. Esto, por supuesto, generó confianza y tranquilidad tanto en Tom, como en sus dueños.
Pocos días después admitía que personas extrañas se le acercasen por la calle e incluso se dejaba tocar. Estamos muy contentos con los progresos de Tom y de cómo ha mejorado a lo largo de los meses que ya han pasado desde que estuvo con nosotros.