Mi perro no viene ¿por qué?

Mi perro no viene.

¿Por que cuando lo llamo, mi perro no quiere venir? Este es uno de los problemas más frecuentes entre los propietarios de cualquier raza de perro.

Si llamo a mi perro y no viene, no solo tenemos un problema de control sobre nuestra mascota. Tendremos además problemas que afectan a su seguridad. Ya que esta desobediencia puede repercutir en un atropello por ejemplo. Pero si mi perro no acude a la llamada y además ni tan siquiera nos mira, esto demuestra nuestra falta de liderazgo. Y la ausencia de un vínculo con nuestro perro. Sin estos factores no somos gran cosa para nuestro perro aparte de alguien que convive con el.

Vayamos primero a las posibles raíces del problema.

Es muy común pensar que nuestro perro tiene que acudir. Tanto si decimos su nombre, cuando decimos «ven» o cuando tocamos un silbato.

Anécdota real: Una chica acude a su centro veterinario, se acerca al mostrador y pide un silbato de ultrasonidos, ya que ha perdido el suyo. La responsable de tienda le dice que se les han terminado, pero que por la tarde los tendrán. Otro cliente escucha la conversación y con gran interés le pregunta a la chica: ¿y eso funciona? Ella contesta: Sí, yo doy dos toques cortos y mi perro viene. Ante esta afirmación, el hombre pide que le traigan uno para el diciendo: mi perro no me hace caso cuando lo llamo.Mi perro no viene

Sin embargo ¿qué fundamento tiene pensar esto? Es sencillo, ninguno. Imaginemos que vemos a una persona ciega que se aproxima a un paso a nivel, por donde está apunto de pasar un tren. Nosotros estamos al otro lado y no disponemos de tiempo material para ayudarlo. Solo podemos avisarle verbalmente, lo cual sería suficiente. Pero si esa persona no habla nuestro idioma ¿Qué podemos esperar que ocurra? Pues con los perros es un poco lo mismo. No podemos enfadarnos si mi perro no hace caso, si previamente no nos hemos molestado en enseñársela de una manera que nuestro perro lo comprenda.

Si mi perro no acude, puede que no sepa que tiene que venir.

Cuando digo enseñar, no digo reprender por no venir. Ya que lo que nuestro perro entiende si le castigamos, aunque sea mínimamente, es que se le castiga por acudir. Con lo que conseguiremos el efecto contrario al deseado. En perros que han sido reprendidos por no acudir a la llamada, es frecuente ver como cuando se aproximan y vamos a tocarlos o intentar cogerlos, retroceden. O se mantienen a una distancia a la que nuestras manos no puedan llegar. Ellos quieren aproximarse realmente. Pero el recuerdo del castigo les advierte que es mejor quedarse a cierta distancia. En estos casos, debemos retroceder mucho en la enseñanza. Y hacer que nuestro contacto sea atractivo y placentero, antes de reeducar a la llamada.

La llamada como tal, es sin duda uno de los pilares de cualquier adiestramiento. Y probablemente sea el comando más importante de todos. ¿Qué podemos esperar si mi perro no viene cuando lo llamamos?, poco, muy poco. Si no tenemos una llamada sólida, no tendremos posibilidad de que haga permanencias, no tendremos vínculo, ni atención suficiente, etc.

Lo ideal es comenzar a trabajar este punto desde la etapa de cachorro.

Y si se hace bien, tendremos una base sólida para siempre, que difícilmente se estropeará a no ser que trabajemos para ello.

Mi perro no viene

Pero si esto no se hizo y mi perro no sabe que debe venir y ahora tenemos problemas debemos ponernos manos a la obra. Ya que un perro desobediente es motivo de frustración e impide que nuestra relación con él sea feliz. Si nos apetece mucho salir a pasear con nuestro perro, pero sabemos que no podemos soltarlo porque puede escaparse, ya no tendremos tantas ganas de sacarlo. Y esto nos crea intranquilidad, ansiedad e incluso estrés, ya que solo tenemos la seguridad de que mi perro no hace caso.

Primero de todo debemos repasar ¿qué ocurre cuando llamamos a nuestro perro?

En las consultas de adiestramiento o de modificación de conductas no deseadas, cuando hacemos la pregunta, ¿su perro viene cuando lo llama? Pocos dueños dicen: Mi perro no me obedece, la respuesta que más se repite es esta:

«Si, bueno, aveces viene» o » Si, viene casi siempre»

En realidad eso no es venir cuando lo llamamos. Es venir cuando le interesa o cuando no tiene nada mejor que hacer. Pero casi todos los dueños tendemos a defender a nuestro perro, con frases como:

«Es que es como un niño». «Es que está muy mimado». «Siempre ha sido muy independiente…»

También casi todos los dueños que su perro no viene siempre, suelen hacer comentarios como:

«Si me agacho, o si le digo toma y le ofrezco algún premio, le cuesta menos venir, pero a veces ni así viene»

Este tipo de perros, son interesados y oportunistas. Pero no porque vaya en su carácter o  por que lo hagan por fastidiarnos. En realidad les hemos enseñado a ser así, de manera involuntaria por supuesto. Pero los únicos y verdaderos responsables de este comportamiento, somos nosotros. Por no tratarlos como perros que son, tendemos a humanizarlos y a tratarlos como si fueran niños. Pero no lo son, son perros. Al decir tratarlos como perros, no me refiero a tratarlos mal o toscamente. Me refiero literalmente a tratarlos como se tratarían ellos entre sí en esas situaciones de desobediencia. Aunque para ellos realmente serían comportamientos insubordinados.

Debemos tener en cuenta que si mi perro no acude y no hay una consecuencia por no obedecer (no hablamos de violencia) esa conducta tenderá a repetirse en el futuro.

En el caso de la llamada, como en cualquier otro comando, debemos asegurarnos de que  nuestro perro comprende lo que le estamos pidiendo. Antes de exigir que lo haga, por tanto debemos enseñárselo de forma lúdica y paso a paso. Una forma sencilla y poco exigente es hacerlo en casa. Dentro de una habitación, utilizaremos materiales, como collar y una correa o cuerda larga. Y comenzaremos a entrenar la llamada a muy corta distancia.

Cuando en el ambiente controlado, el perro venga desde una distancia de 5 metros, pasaremos a salir al mundo exterior igualmente con la correa larga. Lo haremos en sitios donde las distracciones sean conocidas por nosotros y comenzando desde muy abajo, para seguir progresando.

Ni que decir tiene que hasta que nuestro perro venga siempre a la llamada, no deberemos soltarlo bajo ningún concepto. Ya que arruinaríamos lo aprendido.

Este no es el único sistema para conseguir una llamada 100% fiable. Pero es un sistema que funciona con todos los perros. Su proceso puede parecer largo y el punto de no poder soltar al perro hasta que obedezca siempre, traerá de cabeza a más de un dueño. Y muchos caerán en el error de adelantarse en este paso, por impaciencia, lo que mermará los resultados.

Para finalizar indicaré, que si su perro tiene muy arraigada en el tiempo la conducta de no acudir, es un perro muy dominante, muy sumiso o usted no se ve capaz de seguir este método, lo mejor es que se ponga en manos de un adiestrador profesional. O de un técnico en modificación de conductas, ya que ellos podrán resolver sus dudas y ayudarle a conseguir el resultado esperado en menos tiempo de lo que le llevaría a usted. Pero diga con claridad: Mi perro no suele venir cuando lo llamo.